
La respuesta a esa pregunta es otra pregunta ¿podemos NO hacerlo? Y su respuesta es no, no podemos no controlar nuestra marca personal o nuestra marca profesional en un mundo como el actual, hiperconectado, globalizado, donde estamos expuestos a escrutinio de muchas personas, incluidos las que pueden ser nuestros familiares, amigos o clientes.
Por tanto, tenemos que controlar nuestra marca personal, no de forma rígida, no de forma férrea, sino de forma flexible, líquida si es un término que te gusta más. La gestión de nuestra marca personal o de nuestra marca profesional debe ser una cuestión de higiene personal. Al igual que solemos ser educados y pulcros en nuestras relaciones para proyectar una imagen empática hacia los demás (nos preocupamos de nuestra forma de relacionarnos y de mostrarnos a los demás porque nos preocupa que se sientan cómodos en nuestra compañía) debemos trabajar el mensaje verbal y el trasfondo que subyace en él para construir esa relación a través de un storytelling adecuado para ambas personas.
¿Cómo podemos cuidar nuestra marca personal en un mundo hiperconectado?
Lo primero que debemos es ser conscientes de qué es un mundo globalizado y hasta dónde llega nuestra marca personal y nuestra marca profesional.
Un mundo globalizado es aquel que amplía las fronteras de nuestra relación con el resto de las personas fuera del ámbito geográfico local que podemos abarcar de forma física.

En algunos casos, ese ámbito local será más cerrado que en otros (estoy pensando en alguien que circunscribe sus relaciones en un entorno geográfico reducido como puede ser una población o en alguien que expande sus relaciones en un entorno geográfico de movilidad en el que a través de los viajes conecta con muchas personas de poblaciones diferentes). En cualquier caso, sea más amplio o sea más estrecho, es un ámbito que controlamos porque somos conscientes de nuestras relaciones físicas (es algo que venimos haciendo miles de años).
Un mundo globalizado y digitalizado nos permite tener otro tipo de relaciones mucho más expuestas y menos controladas. Cuando exponemos nuestro storytelling personal o profesional en Internet, a través de redes sociales, canales de comunicación abiertos o la web, ampliamos el espectro de personas que pueden entrar en contacto con ese storytelling y perdemos el control de sus impresiones y sus reacciones, porque, aunque tengamos la falsa sensación de controlar nuestra comunidad, la realidad es que se amplifica tanto que es imposible ejercer ese control de forma efectiva (recuerda que una persona puede mantener una relación controlada y profunda con no más de un centenar de personas; a partir de esa cifra comenzamos a perder la capacidad de gestionar la información personal de cada una de esas relaciones y nos cuesta más empatizar).
Sin embargo, al igual que las marcas comerciales tienen que ampliar mucho su comunidad, incluso fuera de sus públicos ideales con los que comparten lo esencial de su visión del mundo, nosotros, como marcas profesionales, tenemos que ampliar nuestra red de contactos y nuestra capacidad de influencia para aumentar nuestras posibilidades de éxito. ¿Cómo podemos hacerlo de forma controlada?
Conoce tu marca y tu público ideal
Igual que en la gestión de una marca comercial, lo primero es conocer tu marca personal y tu marca profesional. En algunas ocasiones ambas coincidirán en espacios y audiencias; en otras estarán separadas. Eso es cosa de cada uno y de su forma de entender su relación con el mundo. Hay personas que se exponen por igual en su ámbito personal y profesional y construyen su marca a través de ambos mundos; hay personas que mantienen su relato personal alejado de los públicos profesionales para protegerlo. Como te he dicho antes, es una decisión personal. En ningún caso, cuando hablo de lo personal me refiero a lo “íntimo”, algo que creo que debe permanecer en un ámbito reducido y cuando se abre demasiado suele crear tensiones.

Al igual que una marca comercial, debes conocer a tu público ideal, aquel que comparte contigo una visión del mundo, en ocasiones para acompañarte en el camino, en ocasiones para comprar tus productos o servicios. Esa primera comunidad es la más cercana a tu núcleo y será la que te dé mayor proyección, relevancia y protección. Siempre, claro, que no traiciones su confianza.
Crea una comunidad en red que proyecte y proteja tu marca personal
Una comunidad en red no es un grupo de contactos, es un conjunto de personas que se relacionan porque tienen intereses comunes, comparten formas de entender una parte del mundo y expectativas de beneficio mutuo. Eso es una comunidad. Si tienes una alrededor de tu marca personal y profesional entonces habrás comprobado que se trata de un proceso en el que las interacciones son productivas por ambas partes.
El hecho de que compartas cosas fundamentales, esenciales, con esa comunidad y que la relación sea empática y simbiótica provoca que se produzca una defensa pasiva de tu imagen en un entorno que va más allá de lo que puedes controlar. Esas personas amplían tu red a una segundo nivel de comunidad en el que ya no eres tan esencial.
Sin embargo, en esa segunda comunidad ellos sí son esenciales y empáticos, por lo que trasladarán parte de su empatía hacia tu marca en su relación. ¿No has notado que hay menos interacciones con tu contenido cuanto más nos alejamos de nuestra comunidad cercana? No se trata de que tu contenido sea peor, es que tu contenido es menos interesante para esas segundas comunidades porque compartes con ellas menos cosas. Sin embargo, si alguien comparte algo tuyo en esa comunidad, lo que está haciendo para esas personas es asumir como propio tu discurso y, por tanto, se mostrarán respetuosas con él. Salvo raras excepciones (y los que no saben hacer otra cosa que trolear).

Ante una discrepancia en el contenido, tu propia comunidad defenderá la validez del mismo porque comparte contigo lo esencial de ese discurso (si es que no te has salido completamente de tu papel). Así es como se construye y se aumenta la comunidad a otras menos afines pero todavía respetuosas. En tercer y cuarto grado, solo aquello que sea excepcionalmente relevante se convertirá en algo que genere consenso y movilización. Es lo que conocemos como viralización. Algo que como sabrás es muy difícil de conseguir.
Así que, para regresar a la cuestión que nos aborda en este artículo SÍ, se puede controlar tu marca profesional, se debe controlar tu marca y la forma de hacerlo es a través de relaciones de empáticas basadas en ser relevante para tu comunidad.
¿Eres relevante para tu comunidad?
¿Cómo eres relevante para tu comunidad?
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