¿Qué tienen en común las personas creativas? ¿Qué las hace más creativas que otras? ¿Las mentes más creativas lo son de manera innata o por el contrario se puede desarrollar la creatividad? Si quieres profundizar sobre estas cuestiones, estás en el lugar y momentos adecuados.
Sin duda alguna, la creatividad es una de las principales palancas de la evolución y el progreso. Entre otras cuestiones, porque permite la adaptación al medio, superar obstáculos, y encontrar nuevas y mejores maneras de hacer. ¿Qué sería de nuestra sociedad sin creatividad?

Tradicionalmente, la creatividad se relaciona quizá más con el arte, o el diseño, sin embargo, la creatividad está sin duda presente en sectores como la ciencia, la tecnología, la educación o los negocios.
Conocer la creatividad en detalle y sus características ayudará a potenciarla desde diferentes ángulos, y optimizar así la forma en la que transitamos por la vida.
Creatividad es la capacidad para organizar la información de manera no convencional, lo que implica la utilización de procedimientos para resolver problemas y situaciones que se alejan de los ya establecidos. De Bono, E. (1986)
Cabe destacar que el concepto creatividad ha sido definido de muchas maneras por una gran cantidad de estudiosos/as e investigadores/as.Desde las descripciones de Poincaré (1923) en relación al pensamiento creador matemático; a considerar la creatividad como un proceso que lleva a las personas a ser sensibles a los problemas, y a buscar soluciones, mediante la formulación de hipótesis, y la comunicación de posibles resultados, Torrance (1969); hasta la proliferación de las técnicas de neuroimagen; el estudio de la creatividad muestra una serie de puntos de inflexión que ponen de manifiesto la complejidad de este constructo.
Las diferentes aproximaciones que estudian la creatividad, pueden clasificarse en torno a cuatro enfoques principales: el producto, las características de las personas creativas, el proceso creativo y el contexto. No obstante, autores como Csikszentmihalyi (1988), Sternber (1996) y Gardner (2001), abogan por un modelo y una conceptualización integradora en la que los diferentes enfoques deben considerarse complementarios y convergentes.
La creatividad ha despertado el interés, y lo sigue haciendo, de muchas personas que han tratado de desvelar los entresijos de su funcionamiento. Y es que, como hemos podido comprobar, no existe una única definición de creatividad, ni una sola manera de entenderla. Y aquí está lo interesante del asunto.
Es por ello que para «sacarle chispas», antes de empezar a utilizar técnicas creativas, merece la pena pararse a ordenar primero las ideas. Así, la próxima vez que nos nos enfrentemos a un reto que requiera de creatividad, sabremos qué necesitamos trabajar, qué recursos desarrollar y de qué manera.
La creatividad es un ente holístico que afecta o impacta en varias verticales.
¿Qué tienen en común las personas creativas?
Para empezar, diremos que todas las personas somos en mayor o en menor medida creativas; pese a ello, algunos rasgos de personalidad pueden facilitar o entorpecer la creatividad.
Centrémonos en aquellos rasgos que facilitan la creatividad. Y para ello voy a hacer referencia primero al trabajo de varios autores/as que me han servido de inspiración en la elaboración de los materiales que utilizamos en la escuela, EID, para moldear la creatividad como cualidad personal.
¿Quién no necesita de vez en cuando perderse en el presente, en lo sencillo de las cosas del ahora y distanciarse de todo lo demás? Pues precisamente la capacidad de vivir el “aquí y ahora” es una de esas cualidades que ayudan a ser más creativos/as. Esa capacidad de concentrarse, de mimetizarse con la tarea junto a: el esfuerzo, la disciplina, el estar abiertos/as a lo nuevo y tener confianza en nosotros mismos, serían los rasgos que para Maslow (2008) son característicos de las personas creativas.
Las personas creativas por lo general también son personas motivadas intrínsecamente, libres, curiosas y de espíritu lúdico. Y es que el papel de la motivación intrínseca es fundamental en creatividad, así como lo es también la curiosidad. Estos son aspectos comunes que destacan autores como Amabile, Hennessey y Grossman (1986).
Por otro lado, son consideradas creativas, aquellas personas que son sensibles a los problemas, y que poseen gran facilidad para la producción de ideas y la flexibilidad de adaptación. Destacan por la originalidad en sus elaboraciones, su capacidad de análisis y síntesis, y el alto nivel de complejidad que alcanzan en cuanto a las estructuras conceptuales y capacidad de evaluación de los resultados. Y así lo expone Guildford (1950) en sus publicaciones.
Por último, me gustaría destacar una serie de capacidades que sin duda influyen de manera importante en la posibilidad de ser tan creativos y creativas como imaginemos. Y están relacionadas con nuestras limitaciones, no las físicas sino las psicológicas. Entre ellas estarían: el no temer el fracaso, entenderlo como aprendizaje para futuros retos; el ser tolerante al riesgo y a la ambigüedad; y tener una postura de apertura a la experimentación. Estas aportaciones proceden de trabajos como los de Sternberg y Lubart (2005), o Gardner (2008).
Querer tener todo “atado” en todo momento, juega en nuestra contra, en lo que a desplegar nuestras alas creativas se refiere.
Tomando como referencia los párrafos anteriores, podríamos recoger a continuación lo que podrían ser los ingredientes secretos de la fórmula mágica de la creatividad: esto es, lo que hace que unas mentes sean más creativas que otras.
Así, cualidades, como el pensamiento no convencional, la fluidez, la autodisciplina, la flexibilidad intelectual, la perseverancia, la independencia y autonomía, el alto nivel de aspiración, la tolerancia a la ambigüedad, la amplitud de intereses, la preferencia por las tareas y las informaciones complejas, y el autocontrol, serían aquellas cualidades o rasgos que definen a las personas más creativas.
Y como podéis comprobar, aunque sí hay cierta predisposición innata a ser, más o menos creativos/as, muchos de estos ingredientes están ligados al trabajo duro, la constancia, y la disciplina, por un lado, y a cuestionarse los límites que muchas veces nos auto-imponemos, por otro. Lo cual, es una buena noticia ya que esto nos demuestra una vez más que la creatividad se puede entrenar.
Empieza a entrenar tu creatividad ahora mismo
En sucesivos posts, veremos qué itinerarios podemos seguir para entrenar nuestra creatividad entendida como rasgo o cualidad de la persona.
Y también profundizaremos en otros enfoques o formas de aproximarse a su funcionamiento. Hablaremos del proceso creativo. De la cultura creativa. Y ahondaremos en metodologías que nos permitan desarrollarla para ponerla en práctica de manera efectiva.
La creatividad no es solo cuestión de técnicas. Requiere de un trabajo previo y exhaustivo de cura de prejuicios y limitaciones autoimpuestas.
Aunque ya te adelanto que la creatividad no es solo una cuestión de técnicas para generar ideas. La generación de ideas es solo una fase del proceso creativo. De poco nos va a servir el tan famoso “brainstorming” sin un buen cribado de prejuicios previo o sin un cuestionamiento adecuado de nuestros límites.
Si quieres entrenar tu pensamiento creativo, aquí te dejo unos tips sencillos para empezar a entrenar tu flexibilidad mental o cognitiva hoy mismo.
¡Nos vemos en el próximo nivel!
Referencias
Amabile, T. Hennessey, B. y Grossman, B. (1986). Social Influences on Creativity: The Effects of Contracted-for Reward. Journal of Personality and Social Psychology, 50 (1), 14-23.
De Bono, E. (1986). El pensamiento lateral: Manual de creatividad. Barcelona: Paidós.
Gardner, H. (2001). La inteligencia reformulada: Las inteligencias múltiples en el siglo XXI. Barcelona: Paidós.
Gardner, H. (2008). Las cinco mentes del futuro. Barcelona: Paidos.
Guilford, J. P. (1950). Fundamental statistics in psychology and education (2nd ed.). McGraw-Hill.
Maslow, A. (2008). La personalidad creadora. Barcelona: Kairos.
Pascale, P. (2005). ¿Dónde está la creatividad? Una aproximación al modelo de sistemas de Mihaly Csikszentmihalyi. Arte, Individuo y Sociedad, 17, 61-84.
Poincaré, H. (1923). Extrait d’un mémoire inédit de Henri Poincaré sur les fonctions fuchsiennes. Acta mathematica.
Sternber, R., j. (1996). Investing in creativity. American Psichologist, 51 (7), 677-688.
Sternberg, R. (2005). Creatividad e inteligencia. CIC Cuadernos de Información y Comunicación, 0 (10), 113 – 149. doi:10.5209/CIYC.8139.
Torrance, E. P. (1966): Torrance Tesis of Creative Thinking. Norms-Technical Manual. Personnel Press, Inc., Princeton, New Jersey. — (1969): Orientación del talento creativo. Troquel, Buenos Aires.
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