Una historia puede tener diferentes significados para distintas personas. Depende del momento vital de éstas, de su experiencia pasada, de su estado de ánimo. El poder de las historias radica en que las diferentes interpretaciones pueden llevarnos a descubrir nuevas formas de enfrentarnos a nuestros propios límites y desafíos. Y es aquí donde conectan de lleno con el desarrollo de nuestra creatividad.

Recuerdo una historia que me contaba mi padre cuando era pequeña.
Vivíamos en la antigua casa, en el barrio más poblado de Bilbao, en la zona más obrera.
Mi portal estaba al principio de la calle. Recuerdo cómo mi padre me rodeaba con el brazo y señalaba el final de aquella larga calle y me decía:
“Imagina un barrendero que tiene que limpiar toda la acera. Empieza justo por aquí, donde estamos nosotros. Si está pendiente en todo momento del final y de cuánto le queda para terminar, de cuánto esfuerzo y tiempo le va a suponer acabar el trabajo, tendrá una jornada dura, agotadora y estresante.
Sin embargo, si va barriendo poco a poco, apreciando en cada momento el buen trabajo que está realizando, disfrutando de la mañana soleada, de las personas que pasan y le saludan, de algún descanso para reponer fuerzas, irá avanzando en su tarea, paso a paso, y llegará al final con sensación de orgullo y tal vez, paz y alegría.”
Disfruta del camino, venía a decirme.
No es el final de los exámenes lo que importa, ni del colegio, ni de la universidad… No es el final de un proyecto, ni la charla en un evento lo que merece la pena, si no todo el proceso vivido hasta entonces, que nos permite acumular una serie de experiencias, aprendizajes, y recuerdos, que son lo que realmente contribuye a nuestro desarrollo como personas, y a nuestro crecimiento.
Mi padre contaba unas historias fantásticas. Con mensajes realmente útiles, que me llevaban a visualizar los personajes y situaciones en mi mente. Él, siempre ha sido un gran mentor para mí, y lo sigue siendo. Aún descuelgo el teléfono para contarle proyectos, y pedirle consejo. Y lo maravilloso, es que sigue teniendo historias para mí.
Y mi madre…. Otra gran mentora… De otro estilo, con su toque inconformista típico en ella… Luchadora incansable ante la norma… Grandes consejos los suyos… Pero eso ya, es otra historia.
El poder de las historias en mentoring
Si algo nos queda de un buen mentor, o una gran mentora son sus historias.
Las historias conectan con nuestras vivencias y experiencias. Permiten que aprendamos sin esfuerzo y por lo general tienen una buena acogida.
Cuando escuchamos un relato bien narrado, nos relajamos, empatizamos con nuestro interlocutor o interlocutora y reducimos nuestra tendencia a la crítica y la resistencia al cambio.
Las historias, las metáforas, las fábulas, dejan en nosotros y nosotras un poso que perdura en el tiempo ya que todas ellas dejan una impresión duradera en nuestra memoria.
Las historias despiertan nuestra curiosidad y con ella el interés por conocer cómo otras personas han resuelto situaciones similares en contextos diferentes: qué recursos han utilizado, qué caminos han cogido, cuántas veces han fallado y cómo lo han reconducido. La verdad es que las historias nos inspiran.
El poder de las historias en creatividad
Una historia puede tener diferentes significados para distintas personas. Depende del momento vital de éstas, de su experiencia pasada, de su estado de ánimo.
El poder de las historias radica en que las diferentes interpretaciones pueden llevarnos a descubrir nuevas formas de enfrentarnos a nuestros propios límites y desafíos. Y es aquí donde conectan de lleno con el desarrollo de nuestra creatividad.
Las historias son una gran herramienta para desafiar nuestro pensamiento analítico (propio de un estilo de pensamiento “duro”), y llevarlo más allá, abriéndolo a nuevas posibilidades, flexibilizándolo y conectándolo con esa otra faceta maravillosa, amplia y rebelde de mismo, que es el pensamiento “blando”.
Las siete reglas del storytelling de John Sadowski y Loïc Roche
Tal y como recoge la asociación Red Mentoring de España en una de sus formaciones sobre Mentoring, existen siete grandes reglas a considerar para construir una buena historia. Sobre todo, si como mentores o mentoras queremos enganchar a nuestros y nuestras “mentees”, captando su atención e interés para permitirles un espacio de reflexión y aprendizaje a través de las historias.
John Sadowski y Loïc Roche, recogen en su libro “Las siete reglas del Storytelling”, las claves para dominar el arte de atraer a través de los relatos. Ambos creen firmemente que todas las personas podemos aprender a liderar y a influenciar en el mundo, si aprendemos a expresar quiénes somos y qué representamos de manera que inspire a otras personas.
Las siete reglas para construir una historia:
Regla Nº 1. Involúcrate en tu viaje interior
Busca en tu vida tus propias historias.
Para convertirse en un auténtico o auténtica cazadora de relatos debemos buscar en nuestra experiencia. Crear nuestras propias historias involucrándonos en nuestro propio viaje interior. Buscar situaciones significativas que hayan generado grandes cambios para nosotros y compartirlas con otras personas.
¡Todos y todas tenemos historias que contar!
Regla Nº 2. Crea historias auténticas
Construye historias inspiradoras basadas en experiencias reales propias.
Hablar de nuestros éxitos, y de nuestros fracasos, servirá de inspiración a otras personas. Si estos relatos conectan con experiencias que nos han marcado o transformado, albergarán posos de pasión y estarán vinculadas a nuestros valores. Comunicar desde nuestras creencias y valores permite conectar de manera empática con los y las demás. Esta autenticidad, será clave para influir en quienes nos escuchan.
Regla Nº 3. Involucra a quienes te escuchan
Adapta tu historia a la persona que te escucha.
Cuando en nuestras historias hacemos partícipes a nuestros interlocutores e interlocutoras, se crea en ellos y ellas un sentimiento de orgullo, de conexión con los valores de trasfondo en ese relato. Si lo que pretendemos es generar implicación, motivación o infundir una actitud de compromiso hacia un determinado objetivo, esta regla es una buena estrategia para conseguirlo.
Regla Nº 4. Sé tú mismo, tú misma
Las historias, serán veraces, o no serán.
Si vamos a enriquecer nuestro discurso con historias, que sean verdaderas. De lo contrario generaremos actitudes de rechazo, o no motivaremos, ni engancharemos, ni conectaremos.
La autenticidad de las historias se transmite en la coherencia con la que contamos un relato. Cuando comunicamos, todo nuestro ser comunica. Nuestra voz comunica, nuestro cuerpo comunica, nuestros gestos, nuestra mirada… Comunicamos globalmente, en todas direcciones. Así que, para contar historias auténticas, repasemos toda esa experiencia, todos esos recuerdos, y construyamos desde nosotros y nosotras mismas.
Para saber contar historias, no basta con querer hacerlo, practicar será también un aspecto clave.
Regla Nº 5. Proyecta tus ideas
Encuentra tu estilo para contar historias.
No se trata de dar lecciones, ni imponer un criterio, ni de conseguir que nuestras ideas queden por encima de otras. Se trata de contar nuestra experiencia desde la honestidad, desde la humildad, desde la gratitud…
Para ello, debemos encontrar nuestro estilo: la forma, el tono, las metáforas, los ejemplos más adecuados, las imágenes que mejor acompañen el mensaje que nos interesa transmitir.
A veces, en lo cotidiano, lo pequeño y lo común se encuentra la chispa que ilumina a las personas.
Regla Nº 6. Personaliza tus historias
Yo, mí, me, conmigo.
Hablemos en primera persona. Quitemos el miedo a hacerlo. Los relatos narrados en primera persona llegan más, y con más fuerza.
Si necesitamos narrar en tercera persona, pongamos nombre a los personajes, aunque sean ficticios. Quienes nos escuchan necesitan tener claro todo el relato en su mente.
Regla Nº 7. Simplifica siempre
Simplicity!
Quizá nuestra historia sea compleja, quizá el trasfondo es potente, la enseñanza profunda… Sea como sea, debemos aprender a contar las historias de manera simple, con frases concretas, directas, sencillas, y cortas.
Las historias precisamente nos permiten comunicar eficazmente un mensaje complejo.
Para terminar os dejo enlace a esta Charla «We all have something in common – using stories to motivate others.» | John Sadowsky | TEDxDelft
Deja una respuesta