
Desde que en marzo de 2021 el mundo se confinó debido a la pandemia del coronavirus, el teletrabajo ha crecido de forma exponencial. Antes de la pandemia menos del 10% de los empleados tenía opción a teletrabajar, descontando a los que trabajan por cuenta propia y desde su domicilio. Tras unos meses de confinamiento, el 80% puede teletrabajar y muchas empresas han incorporado esta modalidad de forma permanente, si no para todo el mundo y en todo momento, sí como alternativa viable para algunas personas en algunos momentos. Actualmente, las empresas que han visto que sus sistemas informáticos y de gestión aguantan el teletrabajo, que sus empleados no han dejado de ser productivos por ello y que se reduce la necesidad de metros cuadrados de oficina están negociando con sus plantillas la forma de gestionar la semipresencialidad.
Por el lado de los trabajadores el teletrabajo ha supuesto beneficios y costes que deben balancear para encontrar el punto de equilibrio en sus jornadas laborales. Por una parte, el teletrabajo evita tiempos de desplazamiento, costes de transporte, comidas fuera de casa.., pero, por el contrario, alarga en la mayoría de las ocasiones las jornadas de trabajo, no se dispone normalmente de recursos adecuados para crear un entorno de trabajo adecuado en el hogar y reduce el contacto con los compañeros que, queramos o no, era un entorno social diferente y necesario para nuestra salud mental, porque estar siempre en casa, sin cambiar el rol en mucho tiempo, no es saludable.
Como no soy experto en diseño de espacios de trabajo, ni en psicología de las relaciones laborales, ni en gestión del cambio, voy a dedicar este artículo a hablar de 5 consejos para cuidar tu marca personal si teletrabajas.
1. Cuida tu aspecto físico y tu indumentaria
Parece una tontería pero el año pasado se vendieron más pijamas y chándales que nunca y todo porque nos metimos en casa y pensamos que había que estar cómodo. Esto, que en condiciones normales es natural, cuando tienes que mantener una actividad laboral tiene sus pequeños inconvenientes.
El primero de ellos es que tu actitud cuando no cuidas tu aspecto físico y tu indumentaria, tal cual lo hacías antes de teletrabajar, influye en tu rendimiento y en tu forma de relacionarte. Si teletrabajas debes vestirte y asearte igual que lo hacías cuando te ibas a tu puesto de trabajo en la oficina, la fábrica, la tienda o dónde trabajases. No se trata de que te vean bien aseado y vestido, que también, se trata de que tu cerebro entre en la modalidad “estoy trabajando”.
En este sentido, tiene también relevancia el hecho de que debes mantener tus rutinas horarias similares a las de la presencialidad, tus hábitos de alimentación (eso incluye los descansos cada 50-60 minutos para desconectar y resetear el cerebro, además de para ir al baño o a la cocina) y el ejercicio físico. Aunque te parezca mentira, aunque vayas a trabajar en coche de puerta a puerta y subas en el ascensor, ya estás haciendo más ejercicio que si te levantas de la cama y te vas a la habitación donde trabajas (y si puedes, haz algo más de ejercicio).
2. Cuida las formas con tu comunidad
El siguiente consejo es que debes cuidar las formas con aquellos con los que te relacionas. La primera es la de la indumentaria y el aseo, pero no solo es eso. También debes relacionarte con tus compañeros, tus clientes, tus proveedores, tus partners de forma educada, respetando sus horarios y sus problemas, siendo empático para entender que tienen familia con la que comparten el espacio de trabajo (si ellos también teletrabajan) y valorar su dedicación no haciendo que pierdan ni su tiempo ni su paciencia.
Uno de los principales problemas que hemos visto todos es que en teleconferencias y reuniones no presenciales aparecían “intrusos” no deseados, los hijos, las mascotas o alguien que te llama a comer o que se cruza por detrás de ti y aparece en la videoconferencia en una actitud que no es conveniente (dejémoslo ahí que seguro que has visto cosas que mejor no recordar :-D). Siempre que tengas una reunión o necesites tiempo para un trabajo que no puede interrumpirse procura encontrar el espacio y señalizarlo para que, si es posible, nadie te moleste. Pero marca un horario porque no eres la única persona que vive probablemente en la casa (sobre todo si tienes este problema es porque convives con otras personas). Negocia con el resto de personas el tiempo que estarás incomunicado y también comunícalo a las personas con las que te reúnes para que respeten tu tiempo y tu disponibilidad.
En cuanto a las formas de comunicación, la distancia parece que nos hace menos visibles, pero la realidad es que somos igual de visibles, igual de escucharles y a veces no nos damos cuenta de que otras personas nos están viendo a través de sus ordenadores. Ten una actitud cortes y cuida tu lenguaje no verbal. Aunque creas que no se dan cuenta, todo el mundo sabe que estás atendiendo al teléfono si no estás pendiente de lo que pasa en la pantalla. Mira a la cámara, sé que es difícil, porque lo natural es mirar a la imagen de la otra persona, pero es mucho mejor mirar a la cámara (salvo que estén proyectando algo en la pantalla y tengas que estar pendiente de eso). Y cuidado con lo que haces o dices cuando crees que nadie te ve o te escucha. No serás el primero que se va al servicio durante una videollamada y se olvida de quitarse los cascos y el micrófono. Y tampoco serás el primero que escuche como le critican porque te has levantado y piensan que ya no tienes los cascos puestos. Los cascos inalámbricos pueden ser muy puñeteros.
También debes cuidar tu forma de expresarte en los correos electrónicos o en los sistemas de mensajería. En la presencialidad todo se solucionaba con una visita al despacho o al puesto de trabajo de tu compañera, pero ahora debes escribir un mail, porque estar todo el día hablando por teléfono es muy intrusivo. Cuando uno está teletrabajando tiene una parte de autonomía y de autorresponsabilidad y hay que respetar que los demás también la tienen. Que a ti te venga bien hacer la llamada ahora no significa que la otra persona también esté disponible. Cuando tú la llamas debe interrumpir su trabajo para atenderte a ti y eso a veces hace que se pierda productividad. Yo hace unos cuantos años que no atiendo a los clientes por teléfono. Prefiero una llamada concertada o una videollamada, pero sobre todo, prefiero un correo electrónico que contesto cuando llega el momento.
Una forma de respetar a tu comunidad y ser valorado por ello es entender que los momentos no coinciden a veces.
3. Genera procedimientos y rutinas que ayuden a entender a los demás cómo vas a trabajar
Otro consejo es que tengas procedimientos y rutinas que puedas compartir para que los demás entiendan tu forma de trabajar. La más obvia y básica es definir tu horario de trabajo, pero esto lo podemos llevar a definir tu horario de consultas, llamadas, tu horario de reuniones, tu horario de entrega de informes… El otro día hablaba con un colega que teletrabaja desde hace algo más de tiempo y no obligado por la pandemia, sino por la familia, y me decía que él tiene las mañanas inhábiles para tener reuniones. Bueno, puede que en algún momento un cliente no pueda adaptarse a su horario, pero será algo puntual, en la mayoría de las ocasiones, le respetarán y aceptarán que no puedes dar el mejor servicio (en forma de reunión) si debes estar al cargo de personas dependientes de ti. Y si no lo entiende, a lo mejor no deberías trabajar con o para esa persona.
El tema del teléfono que te he comentado antes también es parte de un procedimiento. Si no atiendo por teléfono a los clientes es porque me llamaban y tenía que decirles que no les podía atender (hablamos de 2006-2010 cuando lo del teletrabajo no era muy habitual). Pero además, porque si vas por la calle y te llaman no puedes tomar notas, se te olvidarán las cosas y luego vendrán los problemas. Por eso le pido a los clientes que me escriban por correo y si no quieren, pues lo siento, pero ese es mi procedimiento (es como si te dice el del cine que antes de entrar debes comprar la entrada y no te da la gana y se la pretendes pagar al que las corta, simplemente no es el procedimiento y te quedas sin entrar al cine).
El mail está bien, pero si la relación es con equipos, mejor usa herramientas de comunicación y de relaciones de las que permiten crear grupos, hilos de conversación, crear repositorios de archivos para su consulta por parte de todos… hay muchas y dependiendo del grado de complejidad que necesites deberás usar unas u otras. Algunas de ellas son WhatsApp, Telegram, Slack, Trello, Asana… hay muchas.
4. Si trabajas por cuenta propia, mantén el contacto con tus clientes o prospectos
El penúltimo de los consejos es que mantengas un contacto fluido y habitual con clientes y prospectos. Esto en un entorno de presencialidad es mucho más habitual y fácil, porque programas viajes, reuniones, llamadas… para mantener un contacto y una atención personalizada con estas personas. Si por culpa de la COVID19 no puedes moverte de tu territorio o no crees conveniente hacer visitas presenciales, genera una agenda con este tipo de contactos todas las semanas. Dedica un día de la semana, o dedica un par de mañanas o tardes a hacer videoconferencias breves o a escribir correos, para que esos clientes o prospectos no se olviden de ti.
Tu cartera comercial te lo agradecerá.
5. Si trabajas por cuenta ajena, relaciónate con tus compañeros y responsables
Y por último, igual que cuidas tus relaciones externas, haz lo mismo con tus relaciones internas. Tanto si eres responsable de equipos, como si formas parte de ellos, debes interesarte por tus compañeros de trabajo. Al igual que antes ibas a la máquina del café, al bar del desayuno o a comer con tus compañeros, ahora debes quedar con ellos para hacer una pausa de café y compartir los problemas de la vida, preguntar si tienen las mismas dificultades que tú para hacer ciertas cosas, interesarse por la familia sobre todo ahora que la enfermedad puede ser extremadamente grave… y ten en cuenta que es mucho más difícil que antes, porque ahora tendemos a meternos en nuestro propio cubículo, nuestro propio espacio vital y de trabajo, aislarnos de los demás y, unos por otros, al final, no somos capaces de relacionarnos con otras personas.
En definitiva, teletrabajar no es ni tan bueno ni tan malo. Es otra forma de trabajar. Te lo dice alguien que lleva desde 2005 trabajando desde casa (aunque he salido alguna vez, no creas :-D).
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